Quienes tienen testículos saben que el dolor que se experimenta tras un golpe en los mismos no se parece a ningún otro dolor. Es un dolor fuerte, pero sobre todo un dolor que se propaga a otras zonas, generalmente trepando por el vientre. Pero ¿cómo se produce esta propagación del dolor testicular? Los primeros investigadores en tratar de averiguarlo fueron dos londinenses, Woollard y Carmichael, que publicaron sus conclusiones en la revista Brain en el año 1933.
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