No tuvieron mejor idea los organizadores que llevar a la selección nacional de Alemania de 1935, el III Reich, a jugar un amistoso contra en Inglaterra en White Hart Lane, el estadio del club con más herencia judía de todo el país. Los representantes políticos se pusieron de perfil, no quisieron mezclar deporte y política, pero para los aficionados fue un insulto. Las políticas racistas ya empezaban a estar vigentes en Alemania. Antes del encuentro, un trabajador trepó por el mástil y cortó la bandera. No solo eso, vaciló a la policía.
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