El truco consiste en pedir al participante que sujete una cuchara con su mano derecha y realice los mismos movimientos que puede ver a través de la tableta por la que observa la escena. Al tiempo, a su mano real se le ha acoplado un dispositivo que la hace vibrar a un ritmo de 6 hertzios, el máximo temblor que puede sentir un paciente de párkinson. Mientras se desarrolla la escena, la persona asimila que esa mano es suya y vive una experiencia muy directa de lo que es la enfermedad. [El enlace contiene texto y video con el experimento]
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