Los humanos ya mataban a hombres, mujeres y niños de forma generalizada e indiscriminada hace 13.400 años. Es una de las conclusiones de un estudio que ha aplicado las modernas técnicas forenses a los restos de un enterramiento de finales del Paleolítico. La mayoría de las heridas fueron provocadas por armas arrojadizas, lo que apunta más a ataques de otros grupos que a violencia dentro de la comunidad. Los autores del estudio señalan también que los allí enterrados no murieron en un único enfrentamiento, sino en sucesivos ataques.
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