Le damos más vueltas al eterno problema de la tilde del adverbio "solo". ¿Es imprescindible o resulta un capricho conservador? Uno de los ejemplos que se suelen traer a colación es el siguiente: "Me tomé un café solo." Esta oración puede significar dos cosas: 1) Me tomé un café (estando yo) solo. 2) Me tomé un café solo (un café al que no se le añade nada). Vale, la duda parece razonable: hay un riesgo real de confusión. La cuestión es que, mire usted por dónde, en las dos interpretaciones el “solo” realiza una función adjetiva, así que...
|
etiquetas: ortografía , lengua española , solo , sólo , rae