El descalabro completo de las huestes de Alfonso VI ―se calculan unos 3.000 muertos cristianos― permitió a los musulmanes tomar dos años después Zaragoza, levantar fortificaciones militares en el Alto Tajo, el estrechamiento del cerco a la ciudad de Toledo, el debilitamiento del reino castellanoleonés y, a la postre, facilitar el nacimiento de Portugal. Sin embargo, hasta ahora, se desconocía el lugar exacto donde se produjo la crucial lucha.

El conjunto histórico de Uclés avanza hacia la vanguardia tecnológica utilizando la misma técnica que ha servido de base en la Catedral de Notre Dame de París para la restauración tras el incendio de 2019.

A mitad entre la leyenda y lo real, se cuenta de la infructuosa hazaña que realizaron siete nobles leoneses tras la debacle cristiana en el campo de batalla de Uclés, en 1108.

El 29 de mayo de 1108 tuvo lugar la batalla de Uclés, también llamada la batalla de los Siete Condes, donde las tropas castellano-leonesas al mando de Sancho Alfónsez (hijo del rey Alfonso VI de León) se enfrentaron al ejército almorávide comandado por Tamim ibn Yúsuf. El ejército cristiano tuvo una fulminante derrota que se saldó con la muerte de Sancho Alfónsez. Como resultado, tras la muerte de Alfonso VI tuvo lugar el reinado de Urraca I de León, convirtiéndose en la primera reina y emperatriz titular europea.