Cultura y divulgación

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Rimbaud: pasión por lo imposible

Rimbaud: pasión por lo imposible

Un diálogo con el poeta maldito francés, que escribió poemas precoces y se exilió del mundo prematuramente.
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Arthur Rimbaud y los 150 años de Una temporada en el infierno, la obra cumbre del primer poeta punk

Repasamos la influencia musical que generaron las palabras del joven poeta francés, elogiado por músicos de la talla de Luis Alberto Spinetta, Patti Smith, Nick Drake y The Doors. Una temporada en el infierno fue no solamente un hito literario que redefinió los cauces de la poesía.
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Arthur Rimbaud y Paul Verlaine: la pasión de los relámpagos

Uno de los académicos más admirados por Arthur Rimbaud durante su tiempo de bachiller fue George Izambard, quien hablaba de él como un soñador tímido, alumno de retórica alterna; de uñas limpias y cuaderno sin manchas; buenas notas en clase y deberes sorprendentemente correctos; encarnación de lo superlativo, intelectual vibrante de pasión lírica y curiosidad interminable.
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Rimbaud en el infierno

"Si los dos poetas entran juntos en el Panteón, “todos pensarán ‘homosexuales’”, pero no es cierto. Rimbaud no comenzó su vida con Verlaine y no la terminó con él, son sólo unos pocos años de su juventud”
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Verlaine y Rimbaud, el abrazo maldito

Bruselas, 1873. Apenas alcanza la treintena, pero un demacrado Paul Verlaine siente sobre sí el peso de una vida que amenaza con aplastarlo. Reputado intelectual, hombre de buen apellido, afamado burgués, casado en felices nupcias. Todos estos rasgos, uno por uno, desaparecen al otro lado del retrete en el que se ha convertido su futuro. No hay París que soporte su intelectualidad, ni apellido que lo etiquete con dignidad. La burguesía lo desprecia, Y su mujer, Mathilde, se largó antes de la penúltima paliza.
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Los grandes fingidores

En dos cartas escritas a sendos amigos en 1871, el joven Rimbaud repite una enigmática máxima: «Yo es otro». Escribe crispado, especialmente en la que dirige a Georges Izambard, ante la noticia de que su mentor retoma el trabajo como profesor, mientras él se halla inmerso en una existencia errática, entregado al devaneo alcohólico, a la indigencia y a la poesía. Se arroga el papel de mártir de una nueva causa estética: la realidad moderna es de tal naturaleza que, para ser expresada, exige que el poeta renuncie a poseer una identidad fija.
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Arthur Rimbaud: el monstruo errante que dinamitó la poesía

Rimbaud odió sin causa, fabricó su genio con ricina y abandonó la literatura con 21 años, cuando sintió que su jornada estaba hecha. Quizá, su vida sólo fue un combate feroz y sin reglas contra el tedio y el bostezo. "El aburrimiento ya no es mi amor", escribe en el poema "Mala sangre"

menéame