Los sofisticados marcianos de Emmerich nada tienen que ver con los que le sirvieron de inspiración. Durante los cincuenta, mucho antes de que el género alcanzara la edad adulta gracias a '2001: Una odisea del espacio', la ciencia ficción era terreno abonado para las producciones de bajo presupuesto destinadas a los autocines. Y claro, en ese campo no ha habido nadie como Roger Corman, un auténtico especialista en sacar rendimiento a cada centavo invertido. Relacionada:
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