Uno de los peores métodos de tortura psicológica durante los interrogatorios a detenidos es la privación de su descanso. Sin embargo, un nuevo estudio publicado hoy en PNAS apunta su inseguridad ya que las personas con falta de sueño son mucho más propensas a firmar confesiones falsas. El hallazgo supone importantes implicaciones para la práctica policial.
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