María Luisa Carballo sabe lo que es la luz. En algún momento la vio. Hoy sus ojos no se lo permiten: hace tres años que perdió la visión. Desde entonces para leer, jugar, correr, caminar y estudiar necesita de la ayuda de los demás. Sin embargo, esto no le impidió convertirse este año en una de las 1.500 finalistas de la Olimpiada de Matemática que se realizó en Casavalle, con participantes de varios barrios de la zona.
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