La imposible transformación de Bilbao

Un recorrido por esta fascinante ciudad del País Vasco. 00:00 Intro 01:00 Dónde estoy 01:34 Orígenes de la ciudad 02:17 Yendo a una época más contemporánea 03:00 Arquitectura del pasado 03:53 Industrialización, crecimiento demográfico y problemas 06:15 Empieza a cambiar el modelo de ciudad 07:49 El ícono de la transformación 09:49 No fue tan fácil 10:30 Todo empieza a cambiar

[#1 Magog]

Mis padres siempre nos cuentan "la historia" de Bilbao, de como recordaban ver sacar las angulas con palas a como se volvió gris oscuro con un río muerto
Se fueron en los 70 y no volvieron hasta el 2015, que volvimos todos en unas vacaciones de familia, y les veías en los ojos la fascinación y como se decían "pero ¿has visto que limpio está?!"

Supongo que los que habéis pasado toda la vida ahí y tenéis padres de 70+ habréis oído las mismas historias

[#2 malajaita]

#1 Yo nací en los 50 pero conocí Bilbao en los 70/80 y sí, estaba negro como el carbón.

[#3 Inno]

#1 yo soy giputxi, estudie en Bilbao .Era una ciudad, gris, sucia, contaminada por ese anillo industrial siderúrgico, industria pesada y contaminante. Hoy, esa ciudad que conozco muy bien, no es la misma, como el ave fénix, ha resurgido con fuerza. Jamás nadie en este país hubiese pensado que esta ciudad pudiese estar como esta ahora, bonita , limpia una arquitectura de vanguardia y una calidad de vida muy alta.
Me puedo imaginar personas mayores que dejaron esta ciudad estercolero hace muchos…   

[#5 bibubibu]

#3 Eres giputxi así que te comprendo el pesar que debes tener con San Sebastián y la envidia con Bilbao, no pasa nada, todo se pasa.

[#7 Inno]

#5 jaja, tampoco te pases. Donostia, siempre será muchooooooo mas bonito que Bilbao, pero lo que es del Cesar es del Cesar.

[#4 Celsar]

#1 mi abuelo pescaba angulas en la ría y trabajaba en el puerto. Se murió antes de verla limpia, pero era demasiado espartano para que le importase demasiado. Le molestó más que sacasen el puerto de Bilbao.

[#6 bibubibu]

#4 Uno de mis abuelos trabajaba a la altura de Erandio (cruzaba en barca a la otra orilla) y la llegó a ver limpia y cristalina cuando era jóven, pero al hacerse mayor la vió siempre sucia y marrón como el chocolate.

No volvíó a verla de otra forma.