Cultura y divulgación
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Hubo un tiempo en que nadie aspiraba a ser famoso

El 14 de junio de 1916, la actriz Mary Pickford firmó el primer contrato cinematográfico de la historia por un millón de dólares. Aquel acontecimiento provocó entonces un cambio de paradigma: por primera vez, las ganancias potenciales de una estrella quedaron desvinculadas de los esfuerzos que probablemente tenían que realizar. Tras forjarse la idea de “personalidad cinematográfica”, surgió el concepto de “estrella”. Antes de eso, las estrellas mediáticas no interesaban más allá del hecho de que aparecían en películas.

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