El caso es que Dostoievski fue nihilista, se acercó al Círculo de Petrashevski y estuvo a punto de ser ejecutado a la edad de veintiocho años. En el último momento se le conmutó la pena capital por cuatro años de trabajo forzados en Siberia, que por aquella época no figuraba en los programas de las empresas mayoristas de viajes ni ahora tampoco. Y nihilistas hay en El gran Lebowski (1998), dirigida por Joel, producida por Ethan, lo que nos permite otras opciones de interpretación para una película de culto de los hermanos Coen.
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