Todos hemos experimentado la sensación de “rugido” en el estómago y las ganas por llegar a casa para comer. Es muy común que además este síntoma vaya acompañado de dolor de estómago y de mal humor; desde que somos bebés nos volvemos irascibles si no saciamos nuestro apetito. Esto tiene una explicación científica, que te vamos a contar a continuación para que entiendas por qué tu cuerpo reacciona así.
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