La formación de nódulos es un proceso increíblemente laborioso. Hidróxido de manganeso (y otros metales como el zinc, el cobre, el hierro y cobalto) cristalizan alrededor de pequeños fragmentos de hueso, roca, o fósiles en alta mar, y puede tomar millones de años para añadir un centímetro en el diámetro del nódulo. Mientras los nódulos a veces pueden tener una forma ligeramente irregular o parecen algo aplanada, estos especímenes particulares eran mucho más redondos que lo habitual.
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