Una de las razones por las que las teorías de la conspiración surgen con tanta regularidad es debido a nuestro deseo de imponer la estructura en el mundo y la capacidad increíble de reconocer los patrones. El sesgo de confirmación también se manifiesta como una tendencia a seleccionar información de fuentes que ya están de acuerdo con nuestras opiniones (que probablemente provienen del grupo social al que también nos relacionamos).
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