El capitalista no compra una mercancía cualquiera sino los elementos del proceso productivo. Es decir, medios de producción y fuerza de trabajo. Esta no es una adquisición casual porque el proceso de trabajo no es una actividad accesoria. Si no se produce, se muere. Si no se produce, no hay móvil, ni televisión, ni comida. Es decir, producir y reproducir es la condición de existencia de la humanidad. Por lo tanto, el capitalista, comprando los elementos del proceso productivo, compra la vida, compra la propia existencia de la humanidad.
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