Lo llamamos «cine de tacitas» y la imagen no puede ser más evocadora. Inmediatamente se nos vienen a la mente nombres como Jane Austen, Emma Thompson o James Ivory y escenas situadas a la hora del té en algún elegante salón o terraza, cuyo desarrollo de apariencia incruenta y exquisita permite intuir sin embargo un fuerte conflicto soterrado. Los personajes parecen estar sujetos a un estricto y complicadísimo código de conducta, en el que hay que medir cada gesto y cada palabra bajo pena de ostracismo o, lo que es peor, de murmullos y miradas d
|
etiquetas: caballero , victoriano