Hablando de clásicos, Bacon fue un intérprete excepcional de los maestros del pasado, de Miguel Ángel a Picasso pasando por Velázquez y Degas, y como observador atento y original que fue llegó a considerar algunas pinturas de estas figuras como fuente fundamental de inspiración. Hasta el 8 de enero, el Museo Guggenheim Bilbao nos invita a recorrer seis décadas de producción de Bacon prestando atención a aquellas influencias: junto a una selección de sus pinturas.
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