En los años 90 una bodega del Ribeiro creó una marca de vino con una decoración especial. Cada año, desde 1990 hasta 2006 los artistas más destacados de Galicia decoraron la botella, como Laxeiro, Lodeiro o Díaz Pardo: presentaban un diseño especial e inédito que más tarde se serigrafiaba sobre el vidrio. En esos años, lo de que un artista crease el diseño de una botella de vino, se trataba de una acción singular, con algún ejemplo en alguna bodega histórica francesa.
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