El karateca aragonés clama contra las dificultades en su día a día a pesar de estar en la cima del ránking: "Compito contra rivales que solo piensan en entrenar. Yo trabajo de vigilante de seguridad para poder mantenerme", asegura Seck.El deportista de origen senegalés consiguió hace tan solo unas semanas colocarse en la cima mundial del World Karate Federation en la categoría de kumite +84 kilos, pero la realidad de Babacar es muy diferente a la que cualquiera podría imaginar de todo un número uno del mundo.
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