Se llamaba Enrique Aguilar de Viguri, nacido en Oviedo el 14 de octubre de 1913. Y la paradoja de la aventurada vida de este asturiano es esta: combatió a Franco y salió derrotado mientras que, seis años más tarde, pisó Berlín como soldado vencedor junto a las tropas soviéticas que acabaron con el régimen nazi. Pero regresó a España como un perdedor.
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