Los coches no vuelan, no se ha colonizado Marte, las máquinas (aún) no sueñan por nosotros… no es el futuro que imaginé de niño. En efecto, en este futuro sigue habiendo crisis de refugiados, guerras, hambrunas, desigualdad, calentamiento global, nos falta sitio para esconder tanta basura como producimos y seguimos dependiendo del petróleo como fuente de energía. ¿Qué clase de futuro era este? Desde luego no es el futuro que presagiaba el abuelete Kubrick en “2001, una odisea espacial” …