Si bien, muchas personas beben cerveza y conocen sus efectos a través de la experiencia personal, hay sorprendentemente pocos datos científicos sobre sus efectos sobre el procesamiento de la información social y emocional. Hemos descubierto que beber un vaso de cerveza ayuda a la gente a ver las caras felices más rápido y mejora la preocupación por situaciones emocionales positivas.
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La cerveza puede hacer sentirnos mejor, pero recientemente los investigadores del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología investigado cómo el alcohol se ajusta a nuestra percepción, y reveló que afecta a nuestra capacidad de reconocer las emociones de otras personas, y también tiene un efecto sobre nuestra actitud hacia los materiales sexuales .
De acuerdo con las investigaciones recientes, el consumo de cerveza ayuda a la gente ver las caras felices más rápido, y aumenta su deseo de querer estar con otras personas en una situación social de la diversión. Estos efectos fueron observados en un grado mayor en las mujeres que en los hombres, aunque esto es probablemente debido a las diferencias entre los sexos en el consumo de alcohol y la masa corporal. Además, la cerveza hace que sea más fácil para las personas, especialmente las mujeres, para ver material sexualmente explícito, aunque no da lugar a una mayor excitación sexual. Los resultados fueron publicados en la revista revisada por pares Psicofarmacología, según un comunicado.
La ciencia puede acaban de confirmar lo que ya sospechábamos sobre la cerveza.
Según los investigadores, los resultados ayudan a confirmar lo que haya más probable es que ya se ha observado desde su propia experiencia con el alcohol: Beber puede lubricar las situaciones sociales y cuando se usa con moderación, que hace que la gente más feliz, más social y menos inhibido sexualmente.
"Estos efectos del alcohol en la cognición social probabilidades aumentan la sociabilidad." Explicó el investigador principal, el profesor Matthias Liechti en un reciente comunicado .
Para encontrar estos resultados, el equipo reclutó a 60 voluntarios sanos (30 hombres y 30 mujeres) de 18 a 50 años de edad, y dio media cerveza sin alcohol y la otra mitad una cerveza no alcohólica. A continuación, 30 de ellos dieron un vaso lleno de cerveza sin alcohol (0,5 l dependiendo del peso corporal y sexo). Los voluntarios completaron próxima una serie de tareas, incluyendo una prueba de reconocimiento facial, prueba de empatía, y la prueba de la excitación sexual. Al final de las pruebas, los sujetos y los controles se conmutan y se repite el proceso.
Curiosamente, el consumo de alcohol no se asoció con ningún cambio en los niveles de oxitocina. Se trata de una hormona asociada con la felicidad y la unión con otros, y la falta de cambios en los niveles de oxitocina sugiere que el efecto de unión de la cerveza está en otra parte.