En esta web podemos estudiar el estado de los trials de cada tratamiento y vacuna que se encuentran actualmente en proceso de estudio para tratar el COVID19. Nos centraremos en el caso de la ansiada vacuna.
La buena noticia.
La buena noticia es que podemos ver en el listado que por el momento hay ya 6 vacunas que han comenzado, o van a comenzar en breve, la Fase I del proceso de ensayo (hay un ensayo más en proceso para el MERS, otro coronavirus activo que continua afectando a oriente medio).
Esta Fase I consiste en ser una fase de la investigación que se centra en la seguridad de un medicamento (en este caso, la vacuna). Son pruebas que se realizan ya sobre humanos, una vez el medicamento ha sido probado con éxito en animales y/o in vitro. Por lo general, se realizan con voluntarios sanos y el objetivo es determinar los eventos adversos más frecuentes y graves del medicamento y, a menudo, cómo el cuerpo descompone y excreta el medicamento. Estos ensayos generalmente involucran a un pequeño número de participantes. Entre 20-80 personas. La duración media de esta fase de estudio es de 12 meses.
Así pues, si entramos en uno de los ensayos, por ejemplo el primero, nos encontramos lo siguiente: clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04283461?term=Cov-2&cond=Vaccine&am
Harán la primera fase con 45 participantes sanos utilizando lo que han dado en llamar: ARNm-1273, una nueva vacuna basada en ARNm encapsulada en nanopartículas lipídicas (LNP) que codifica una proteína de espiga (S) estabilizada por prefusión de longitud completa de SARS-CoV-2 (el virus que causa la enfermedad del COVID19). Se hará una prueba dividiendo los 45 participantes en subgrupos y a cada cual se le dará una dosis diferente, aunque siempre por inyección intravenosa.
En el apartado que dice Outcome Measures se puede ver qué resultados pretenden medir del estudio para descartar o aprobar el paso a la Fase II.
El fin del estudio de la Fase I de esta vacuna en concreto está programada para el 1 de junio del 2021. En ese momento se habrán estudiado por completo a los 45 participantes, y se verá si los resultados obtenidos, en relación a las expectativas (Outcome Measures); permiten o no (descarte) el pase de este medicamento a la siguiente Fase II.
La mala noticia.
Y ahora viene la "mala" noticia (que es mala simplemente porque no es conveniente, no porque sea un procedimiento mal diseñado):
La estadística dice que de media el 70% de ensayos suelen pasar la Fase I, mientras que el 30% restante se rechaza. Como aproximación se podría decir que, con suerte (quitando la vacuna en pruebas para el MERS), a mediados del año que viene tendremos aproximadamente unas 3-4 vacunas dispuestas para comenzar la Fase II.
Esta Fase II es una fase de investigación para describir ensayos clínicos que recopilan datos preliminares sobre si un medicamento funciona en personas que tienen una determinada afección / enfermedad (es decir, la efectividad del medicamento). Por ejemplo, los participantes que reciben el medicamento pueden compararse con participantes similares que reciben un tratamiento diferente, generalmente una sustancia inactiva (llamada placebo) o un medicamento diferente. La seguridad continúa siendo evaluada y se estudian los eventos adversos a corto plazo. Este ensayo se realiza sobre un grupo de entre 100-300 personas.
La duración de la segunda fase suele estar de media entre 12-48 meses (en ocasiones más tiempo). La estadística dice que "sólo" un 33% de los medicamentos pasan esta segunda fase, quedando el resto descartado principalmente debido a baja eficiencia, graves efectos secundarios, o a importantes contraindicaciones con otros medicamentos, o con patologías preexistentes de los pacientes.
De este modo, con suerte, a mediados del 2022 tendremos entre 1-2 vacunas listas para pasar a la Fase III.
La Fase III es una fase de investigación para describir ensayos clínicos que recopilan más información sobre la seguridad y efectividad de un medicamento mediante el estudio de diferentes poblaciones y diferentes dosis y al usar el medicamento en combinación con otros medicamentos. Estos estudios generalmente involucran a más participantes. En concreto, entre 1000-3000 personas.
La duración media de esta tercera fase también suele ser de 12 meses. Y "únicamente" entre un 25%-30% pasan a la Fase IV (o directamente a producción si se opta por obviar este paso). El resto debe ser descartado por los mismos motivos que en la fase anterior una vez la diversidad de la muestra fue mucho mayor.
Por lo tanto, y si se siguen el estándar actual de seguridad, para mediados del 2023 tendremos entre 0-1 vacuna lista para pasar a producción y distribución (la probabilidad de tener 1 vacuna para esa fecha, si ya tuvimos la suerte de pasar las dos cribas anteriores con algún candidato restante, es no obstante bastante baja ~30%).
Descarto que se vayan a permitir el lujo de realizar la Fase IV de revisión y aprobación final, así que me la salto y no la tengo en cuenta.
Fabricación y distribución.
Por lo tanto, tras la Fase III, si fuimos afortunados, finalmente pasaremos al "problema" de la fabricación y distribución de la vacuna: no todas las vacunas son igualmente fáciles de producir (algunas permiten producir millones de dosis a la semana, otras únicamente cientos de miles, etc.); lo mismo que algunas son más caras que otras (según el equipo y la tecnología necesaria y su disponibilidad mundial). Si a mediados del 2023 contamos ya con un candidato aprobado, habrá que ver cómo de eficaz es a la hora de ser fabricado en masa y distribuido luego a los 7.000 millones de personas del planeta.
No es descabellado encontrarnos con el contratiempo añadido de requerir al menos otro año más de demora hasta que esa posible vacuna llegue a cada rincón del mundo.
Por lo tanto, y si no nos saltamos ahora por las buenas el sistema de ensayo médico de seguridad para nuevos medicamentos (utilizado desde mediados del siglo pasado); es probable que, como ocurre normalmente, una vacuna/tratamiento para el COVID19 no esté disponible para toda la población aproximadamente hasta mediados del 2024. A cuatro años vista.
En resumen.
La estadística general de ensayos nos dice que los nuevos medicamentos tardan de media entre 5-9 años en estar disponibles para su comercialización, por lo que esos cuatro años vista de los que hemos hablado antes es un dato incluso bastante optimista: y lo que nos venden por televisión de los 12-18 meses es simplemente mentira. Ya sólo la Fase I hemos visto que dura de media 12 meses, y saltarse los protocolos de seguridad sería proceder de manera suicida. Imaginad que, por acelerar, se unen en una la Fase II y la Fase III, es decir; que se pasa de probar sobre 80 personas a probar directamente sobre 3000 (saltando el paso previo sobre 100-300). Si resulta que la medicación contiene implícita una contraindicación mortal (cosa que no es para nada descartable) que por mala fortuna escapa del control inicial sobre 80 individuos, podríamos llegar literalmente a matar a miles de personas al pasarse directamente de la Fase I a la Fase III donde la diversidad de individuos es mucho mayor y heterogénea.
No creo que nadie (ni organización privada ni pública) se arriesgue y sea tan irresponsable, la verdad.