Mientras nos preguntamos si está sucediendo algo extraordinario, nos vemos impulsados, casi por un instinto atávico, a dejar estampadas contra la pared a estas feas mariposas de un zapatillazo. No estamos muy seguros, pero en algún momento del pasado hemos aprendido que están relacionadas con hechos paranormales y que, si las dejamos vivir, se comerán toda la ropa del armario. Quizá vaya siendo hora de mirarlas con ojos del siglo XXI.