¿Somos conscientes de que nuestros alumnos tienen una atención cada vez más fragmentada? ¿Tenemos en cuenta que suelen dedicar una cantidad de horas muy importante fuera del colegio a los diversos tipos de pantallas con un contenido muy breve y haciendo varias cosas a la vez? ¿Realmente lo que les conviene es su trabajo sea cambiar de actividad constantemente, el ruido, el hablar cuando les apetece? ¿Hemos pensado en que quizás lo que necesitan es poder disfrutar del silencio, de la lectura atenta y sostenida, de cierto trabajo individual?