“Este hallazgo es solo el primer paso hacia un proyecto de conservación mucho más grande. Ahora, gracias al estímulo de Sociedad Zoológica para la Conservación de Especies y Poblaciones (ZGAP), hemos iniciado el proceso de establecimiento de una reserva natural para proteger a las culebras de tierra. Esta acción no hubiera sido posible sin antes develar la existencia de estos reptiles únicos y crípticos, incluso si eso significaba perturbar momentáneamente la paz de los muertos en el cementerio donde vivían”, dice Arteaga.