Hace 28 años, los científicos del mundo dieron el parte de extinción de la rana Atelopues ignescens, más conocida como Jambato Negro del Páramo. Supuestamente, la rana negra, de extremidades y panza naranja, no volvería a deambular por los páramos ecuatorianos. No obstante, en abril de 2016 la especie hizo lo imposible: varios especímenes se aparecieron ante los ojos atónitos de una grupo de científicos que las llevaron al Centro Jambatu de Investigación y Conservación de Anfibios en Ecuador. En la actualidad, en el laboratorio hay 73 ranas recogidas en “algún lugar recóndito” de Ecuador.