Un nuevo estudio revela que el movimiento
#MeToo ha provocado un importante descenso en la productividad de las mujeres académicas porque son menos las que colaboran con sus colegas masculinos. Esta caída es más aguda en las universidades "donde el riesgo percibido de acusaciones de acoso sexual para los hombres es alto", lo que resulta en un efecto de reducción drástica en la colaboración entre sexos.