Nueve científicas, todas mujeres, algunas investigadoras y otras técnicos de laboratorio, son las encargadas en España de una labor fundamental: hacer más de la mitad de análisis de ADN de coronavirus para controlar la expansión de variantes como la británica o la sudafricana. Ninguna de ellas tiene contrato fijo. Su responsable, Llucía Martínez, cree que son un buen ejemplo de la situación de la ciencia en España: "La ciencia no ha importado, nadie se ha preocupado de dar estabilidad a este tipo de servicios, de dar estabilidad a la ciencia
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