estos compuestos, también conocidos sustancias perfluoroalquilos y polifluoroalquilos (PFAS), que se encuentran en envases de alimentos, utensilios de cocina antiadherentes y muchos otros productos de consumo, se han relacionado con una variedad de efectos nocivos para la salud, incluido el cáncer, problemas reproductivos y alteraciones de los sistemas inmunológico y endocrino.
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La UE intentó prohibir el uso de esas sustancias pero al final se hechó atrás. Se utilizan en demasiados productos y no hay alternativas así que tenemos que tragar con ellas.