Las huellas digitales - aquellos residuos que quedan se arremolinan en los teclados y pomos de las puertas - son en su mayoría invisibles. Pueden afirmar su presencia sola vez, pero no pueden ser utilizados para el seguimiento de sus actividades del día a día. No pueden decirle a alguien en tiempo real, que después de hacer ejercicio en el gimnasio, que fue a la oficina en un autobús y jugado videojuegos durante el almuerzo. Pero ¿y si nuestros aparatos electrónicos portátiles están dejando huellas en tiempo real en su lugar?
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