La conclusión a la que llegaron es que la repentina noche generada por el eclipse no evitó el funcionamiento de los receptores GABA ni disminuyó el nivel de dopamina, lo que mantuvo en quienes observaron el fenómeno la capacidad de observar en detalle los bordes de las personas y objetos que los rodeaban, mejorando así su visión.
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peplopeplo.wordpress.com/2016/03/21/el-caso-del-pintor-ciego-al-color-