Hace 4500 millones de años un pequeño planeta del tamaño de Marte chocó con la Tierra, lanzando rocas fundidas al espacio. Esos restos se unieron, enfriaron y solidificaron, formando la Luna. El último magma en cristalizar estaba muy enriquecido en minerales pesados, como ilmenita, rica en titanio. Como esos minerales eran más densos que en el interior, se hundieron, provocando un vuelco global del manto lunar. Un estudio aporta las primeras pruebas físicas del modelo "vuelco lunar".
- Paper:
www.nature.com/articles/s41561-024-01408-2