La autoimposición de rutinas, otra de las características de este síndrome la ha llevado a conductas como no usar aviones para no contaminar. Empezó convenciendo de ello a sus padres, lo que a su madre le complicó el desarrollo de su profesión como cantante de ópera. Ejemplo de ello es el viaje que hizo desde Virginia a Europa en catamarán. Por último, estas palabras de Greta que la definen a ella y a su síndrome: “mi cerebro funciona un poco diferente, soy muy directa, digo las cosas como son y cuando decido hacer algo, lo hago sin dudar”.