Carlos Marx decía lo que para cambiar la realidad primero hay que entenderla. Por ello se entiende que Carles Puigdemont pregunte a los suyos de qué pie ideológico cojean. Y yo, que ya soy sexagenario, preferiría que los jóvenes, los trabajadores y el máximo de gente posible fuese de izquierdas, pero de izquierdas de verdad, de aquella izquierda que es solidaria con los que menos tienen y que quiere una sociedad mejor para todos. Quizás si la izquierda fuera así no tendríamos tantos disgustos en las noches electorales. Quizás.
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