Alejandra, una estudiante universitaria de México DF, se quedó esa mañana en casa para estudiar y el terremoto derribó el edificio. Alguien accedió a los escombros, robó su tarjeta de crédito y vació la cuenta mediante compras en Zara y Best Buy. Sus padres han perdido su casa y su única hija. "Abrí la cuenta cuando nació Alejandra, poco a poco fui haciendo depósitos de 100 y 200 pesos. Alejandra usaba los ahorros para pagar sus estudios o comprar ropa", recuerda su padre. "Son unos sinvergüenzas, pero los comercios también deberían controlar"
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