La primera ocasión en que coincidió con sus agresores fue en las cercanías de la estación de Granollers-Centre. A lo lejos vio a una chica acorralada por tres jóvenes que intentaban robarla. “Me vi incapaz de pelear con ellos, pero me acerqué y les advertí que estaba llamando a la policía”, cuenta el joven.
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