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Tocamientos, besos y amenazas: así usan las casas de apuestas a sus trabajadoras para ganar dinero

Claudia pasó cuatro meses en Sportium y ya tuvo suficiente. “Todos los clientes eran bastantes babosos. Cuando entré yo tenía 19 años, la edad perfecta para los jefes. Es el tipo de chica que buscan, chavalas de entre 18 y 20, no cogen mujeres mayores porque no les interesa… Ya te digo que muchos clientes te dicen burradas, a mí me han amenazado hasta con violarme”, cuenta Claudia.

| etiquetas: apuestas , deporte , precariedad

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