Una de las víctimas mortales de los GAL, Tomás Pérez Revilla, ya había sufrido otro atentado el 21 de marzo de 1976. Entonces era considerado uno de los dirigentes de la rama mili de ETA por la policía española. Fue ametrallado con Mariettas que más tarde se demostró que había comprado dicha Policía en los EE.UU. La rama polí-mili de ETA se servía entonces de esa misma arma, y días después, el 8 de abril, La Voz de España publicó un artículo titulado "Enfrentamientos milis-poli-milis”.
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