Robin Dibben tiene 24 años y se define como asexual: nunca experimentó el deseo o la atracción sexual hacia otra persona. "Simplemente no siento atracción sexual. Nunca se me pasó por la cabeza querer tener sexo con nadie". De acuerdo con el joven, ser asexual puede compararse a la reacción que provoca en una persona heterosexual la idea de acostarse con alguien de su mismo sexo. "Nosotros tenemos esa sensación, pero hacia todo el mundo. Simplemente, no queremos tener sexo con nadie", explica Robin. Ni célibe, ni antisexual: asexual.
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