No es trigo limpio este Javier Gómez Noya, uno de los pocos españoles que recorre el camino natural de los sueños patrios pero a la inversa: en lugar de practicar el deporte nacional de desviar riquezas a Suiza, el prefirió nacer en el país helvético para después afincarse en Pontevedra y llenar de oro el deporte español, semejante es su desfachatez y vil su provocación.