Es desalentador escuchar hablar así a unos chavales de veinte años. Pero es que si te acercas a las teles con Santiago Abascal, líder de la tercera fuerza política del país con tres millones de votos, vas a oír más o menos lo mismo. Fantasías de niño perverso de doce años. Que Begoña Gómez se acuesta con un marroquí mientras Pedro Sánchez mira, y Almudena Grandes le pagaba las putas a Luis García Montero, a la sazón director del Instituto Cervantes. Es todo tan delirante que da miedo.