Hace casi dos años ya, y tras la conquista del espacio político municipal por las auténticas movilizaciones ciudadanas, tras la constitución de los ayuntamientos del cambio o de los grupos municipales que harían de contrapeso de los partidos tradicionales, muchos grupos de personas en diferentes plazas, ciudades y pueblos, empezamos a barruntar la posibilidad de aprovechar las sinergias surgidas para el asalto al más alto estamento legislativo y ejecutivo. Aprovechando todo el trabajo de hermanamiento, de debate en igualdad