Un grupo de chicos comenzó a molestarme. Luego, para fastidiarme, uno de ellos sacó fotos de mi entrepierna. Mi caso fue cerrado unos días después, y la vergüenza se transformó en ira. Le pedí a un amigo que me ayudara a investigar la ley, y descubrimos que la fotografía 'upskirt' no es una ofensa sexual en Inglaterra y Gales, aunque, como me dijo la policía, "sucede mucho en lugares públicos". Los perpetradores no suelen ser acusados de voyeurismo, porque estas leyes sólo protegen a las víctimas si se encuentran en un entorno privado.