Los autónomos y microempresarios representan un 20% de la población activa. Es decir, unos tres millones de señores que se acogen a este régimen por vocación, pero también porque no les ha quedado más remedio (trabajar por cuenta ajena está muy complicado, para qué engañarnos). Al contrario que sus homólogos en otros países, los autónomos españoles viven ahogados por la cuota mensual de la Seguridad Social, que nunca baja de esos fatídicos 255€. Otro problema son las declaraciones de IVA que no tienen en cuenta el estado de la caja.