La sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos de ayer aboliendo el derecho constitucional al aborto no ha pillado a nadie por sorpresa. Sabíamos desde principios de mayo que los seis jueces conservadores estaban decididos a derogar Roe vs. Wade, la sentencia de 1973 que reconocía que el derecho implícito a la privacidad hacía que las leyes que prohibían el aborto fueran inconstitucionales. Hoy, simplemente, se ha hecho oficial. Las consecuencias de una sentenciaLas consecuencias tampoco han sido inesperadas, pero son (...)