Si uno coge el tren en Bruselas Midi y recorre las estaciones del centro de la capital belga, los avisos se hacen en cuatro idiomas: francés, flamenco, alemán e inglés. Pero si uno viaja hacia Amberes, al salir de la región de Bruselas y entra en Flandes, los trenes chocan con las fronteras lingüísticas del país: las leyes belgas prohíben expresamente el uso del francés en comunicaciones oficiales en territorio flamenco y del flamenco en territorio francófono, es decir, en Valonia.