“Debajo de la sábana había un pie con un ordenador, una pantalla y una cámara. No sabíamos que era eso. Luego, con el transcurso de los acontecimientos, imaginamos que será para la videoconsulta. Ayer, cuando fui a la guardia me encontré una cámara pequeña junto al ordenador. Pero aún no sé nada”, explica quien se queja de la poca información que están recibiendo las y los profesionales mientras la Consejería va cambiando sus planes. Y todo mientras su antiguo SAR, situado a 40 kilómetros del hospital más cercano, se ha quedado desatendido.
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